La mayoría de las personas tienen malos hábitos a la hora de trabajar, sea la impuntualidad, el cotilleo o la procrastinación. Estas son actitudes negativas que tus compañeros de trabajo captan inmediatamente y que dan una mala imagen de ti a tus superiores.
Muchas de estas actitudes son imperceptibles para uno mismo y las pasamos por alto como si se tratase de cualquier cosa menor y auto justificándonos, pero nuestra falta de atención a estos defectos de carácter podrían costarnos el empleo.
En Hola Trabajo te presentamos algunas actitudes negativas que pueden orillar a tu jefe a tomar acciones en tu contra. ¿Tienes alguna de las que mencionamos? ¿Cómo harías para dejarlas de lado y enfocarlas en pro de tu persona?
1. Mentir
Mentir implica un engaño intencionado y consciente, es moralmente reprobable y poco práctico, ya que intensifica el conflicto y retarda la solución del problema que estás encubriendo.
Ser deshonesto es una actitud que está sembrada de raíz en algunas personas, ya sea una mentira pequeña o una bastante grande, la acción es mala y no tiene justificación. Es importante cultivar la sinceridad en cada uno de nosotros, porque como dice Ann Kaiser Stearns, psicóloga y autora del best seller Living Through Personal Crisis:
“La deshonestidad es un terreno resbaladizo con un accidente devastador esperando al final del camino”, y añade: “Ya sea que trabajemos en negocios, banca, la academia o el ejército, la edición o la filantropía, la vivienda o la salud, el mercado o seas burócrata, si careces de integridad y traicionas a tu empleador no mereces conservar tu empleo.”
2. Procrastinación
La procrastinación (del latín procrastinare: pro, adelante, y crastinus, referente al futuro) es el hábito de postergar de forma sistemática aquello que debemos hacer.
Está bien distraerse diez o tal vez 15 minutos en tu día a día pues esto te ayuda a despejarte o no viciarse en algún trabajo que estés llevando a cabo, pero hacerlo por varias horas y en actividades no relacionadas con el trabajo es un problema grave. Si eres una persona que pospone todo hasta la última hora porque siente que lo hará mejor bajo presión, recuerda que puedes llegar a molestar o perjudicar a otros que necesiten el trabajo en tiempo y forma.
3. Negatividad
Ya sea que se quejen constantemente sobre el trabajo y el jefe; esparzan rumores sobre otras personas o se resistan a todos los cambios que la dirección trata de hacer, ser siempre esa persona que en lugar de encontrar soluciones se dedica a ver problemas te convierte en la insufrible en su equipo, la que no aporta nada y, por el contrario, desanima a una parte del personal. Esto hace que algunos jefes tomen medidas para eliminarlas de su área, como dice Amy Hoover, presidenta de Talent Zoo.
“Tu jefe es responsable de asegurar que su equipo contribuya a la moral positiva y si alguien del equipo habla mal de él se reflejará en su desempeño”, añade. “A menudo la dirección se refiere a los empleados negativos como un cáncer que deberá ser extirpado en algún momento no muy lejano.”
Si tienes una queja, lo mejor que puedes hacer es hablar con tu jefe directo, en privado. Nunca reúnas a tus compañeros de trabajo para que te apoyen primero.
4. Impuntualidad
Llegar constantemente tarde a tu lugar de trabajo no sólo es una falta de respeto a tu empleo sino también al resto de tus compañeros quienes se esmeran en llegar a tiempo. Hacer esto denota que eres una persona con poco interés en tus labores, cualquier jefe al ver esto sabrá que no eres la opción para estar con ellos.
5. Falta de atención
¿Eres una persona que constantemente está distraída? Muchos empleados no prestan atención y por añadidura no siguen las instrucciones ni los procedimientos pues no estaban atentos mientras estos eran explicados. En ciertos empleos, el nivel de responsabilidad es tal, que el incumplimiento de las normas por omisión del empleado puede convertirse en un problema de responsabilidad legal. En una oficina ser una persona que no presta atención puede generar un error en el esquema de trabajo, afectando a toda el área si no es que toda la empresa.
“El incumplimiento de las normas y procedimientos y la inadaptación pueden crear tensión o marcarte como diferente y potencialmente menos deseable.”
También deberás combatir los hábitos personales que puedan ser ofensivos o distraer a tus compañeros de trabajo.
“Trabajar en una oficina nos exige ser sensibles a los compañeros de trabajo y evitar comportarnos de una manera que los distraiga o haga el ambiente incómodo”, añade. “Esto va desde los olores corporales hasta los de la comida que llevamos a la oficina, escuchar música demasiado alta, contar chistes inapropiados o utilizar el altavoz del teléfono para realizar llamadas”, indica la doctora Katherine Brooks, directora ejecutiva de la oficina de desarrollo personal y de carrera en la Universidad de Wake Forest.