Todos queremos renunciar en algún momento

La mayoría de entradas que se escriben para Hola Trabajo® buscan tocar temas relacionados a consejos, tips, datos estadísticos y ocasionalmente sobre algunas experiencias de personas que han pasado por una situación basada en lo que se escribe.

Y el siguiente texto es algo parecido, hablaré de forma breve sobre experiencias personales, lo que me ha llevado a buscar una nueva oportunidad laboral y las razones de cada una de estas decisiones.

Realmente tiene poco tiempo que salí de la universidad y entré en el mercado laboral, una aventura totalmente inesperada y es que me daba cuenta que cada día antes de graduarme me vendían la idea de que habría puestos increíbles en cualquier lugar y los conseguiría con el mínimo esfuerzo, incluso fantaseaba con que los reclutadores iban a venir a llamar a mi puerta, duro golpe de realidad al descubrir que esto de encontrar un empleo estupendo no es así de simple.

Para mí, el proceso de encontrar una oportunidad fue una ardua y complicada tarea. La falta de experiencia, los pocos conocimientos laborales y un mercado saturado de "ofertas" que pagan poco, exigen mucho y no ofrecían nada satisfactorio, reducían de manera dramática mis oportunidades de empleo. Me decidí por uno y comencé la aventura de demostrar cuánto es lo que valgo.

Por cada empleo que tuve y al que terminé renunciando, me gustaría decir que nunca fue por capricho sino porque a eso me orillaron mis empleadores, compañeros o la situación laboral dentro de aquella oficina. En resumen, no eran lo que yo buscaba. Y si eso me pasó a mí, seguro le pasa a cualquier otro trabajador en algún punto de su carrera.

Por esa razón me interesa hablar un poco e invitar a la persona que me lee y que siente lo mismo, a tomar la decisión de salir y comenzar de nuevo y es que de verdad, mientras más buscas, más probabilidades de encontrar esa oportunidad que te hace sentir vivo de nuevo, eso me está pasando a mí.

Depresión laboral

Este es el principal problema al que se enfrenta una gran parte de los trabajadores en México, tan solo la depresión es responsable directa o indirectamente del 54% del ausentismo laboral, además de que genera entre 60 y 80 por ciento de accidentes y claro que lo he sentido, razones para que esto suceda me parece que existen muchas y si tú lo estás viviendo me gustaría preguntarte: ¿realmente vale la pena tener un empleo que te deprime? Creo que sentirte frustrado, triste, sintiendo que no estás logrando nada en tu área es una de las cosas que deberían ser la principal alarma para cambiar tu área de desarrollo.

Esta decisión es dura y no puede ser tomada a la ligera, en cada empleo que tuve llegué a pensarlo con mucha calma al menos durante un mes, analizando los aspectos positivos de dejarlo, así como los negativos, pensé en factores tales como:

  • Oferta laboral en el mercado
  • Rendición del dinero hasta un nuevo ingreso
  • ¿De qué me gustaría ahora trabajar?
  • ¿A cuánto ascienden mis gastos actualmente?
  • ¿Cuánto tiempo puedo estar en paro?
  • ¿Realmente quiero dejar este empleo o es un capricho?

¿A qué se debe la depresión laboral? Cada persona es única y las razones para deprimirse son variadas, pero para mí han sido claves algunas como estas:

  • La persona encargada del área abusaba del poder
  • No existía un apoyo por parte del superior
  • Los salarios no eran competitivos ni acorde a todas las actividades realizadas
  • El trabajo se había vuelto demasiado rutinario
  • No me sentía apoyado

Aquí es de suma importancia analizar si uno sufre depresión laboral o es solo un poco la rutina lo que hace sentir esta situación tan particular, en internet hay varios test y blogs que hablan sobre el tema.

Falta de apoyo

Es muy positivo para ti sentir que tienes un representante que te respalda, apoya y hace todo porque te sientas motivado, siempre y cuando respondas de la misma manera. Contar con el apoyo de tu superior, te hace esforzarte más y buscar el demostrar a tus jefes que te encuentras ahí para cualquier imprevisto. Por otro lado, una empresa con la que no puedes contar, que pareciera que no le importas, es la principal razón para evitar dar más de ti como empleado, y es que seamos realistas, quién va a querer apoyar y dar lo mejor de uno cuando no siente un respaldo mutuo.

Esta falta de motivación en el empleo no solo genera pérdidas de dinero que se podrían representar en rotación de personal, carencia de inspiración y mala actitud. En mi caso, sentir esa falta de respaldo mientras intentaba dar nuevas ideas, al proponer cambios o no obtener una remuneración en los días pactados me hizo llegar a darme cuenta de que era momento de irme de ahí.

Esta es la primera parte de dos entradas que me gustaría desarrollar, hablando muy personalmente sobre lo que sentí y cómo logré tomar decisiones que al final a cada uno lo harán sentir pleno y motivado a una nueva aventura laboral. Los leo en la próxima entrada.